La ofensiva iniciada por Japón el pasado año en la ciudad coreana e Ulsan -la que fue sede predecesora de la 58 Comisión Ballenera Internacional (CBI) que finalizó el pasado día 20 en la isla caribeña de St. Kitts- ha ido dando sus frutos. Los países defensores de lacaza comercial de ballenas, liderados por el país asiático, se han frotado las manos después de conseguir su primera victoria en veinte años. La jugada ha conseguido sacar adelante una resolución (por 33 votos a favor y 32 en contra) en la que se indica que en el futuro la CBI no se ocupará de la protección de las ballenas, sino del control de la caza comercial de estos mamíferos y en donde se indica que la prohibición «temporal» de la caza, establecida en 1986, «no es más necesaria».Desde hace veinte años, las autoridades japonesas respetan la moratoria pero,junto con Islandia, autorizan la pesca de ballenas para «la investigación científica», una iniciativa que irrita a los ecologistas. Bajo tal excusa Japón, Islandia y Noruega capturan entre los tres 2.000 ballenas anuales. La citada resolución respalda legalmente esta práctica a efectos internacionales. Pues, su objetivo es la legalización de la caza comercial. Japón defiende la caza y el consumo de carne de ballena en nombre de sus tradiciones culturales y culinarias.
Ahora bien, aunque la pericia japonesa ha logrado apartar algunos peones del tablero de la Comisión, aún está muy lejos de alcanzar el jaque mate y conseguir el fin de la moratoria de la caza comercial. Para ello sería necesario conseguir el 75% de los votos, algo imposible de obtener en estos momentos. No obstante, la inclinación que están tomando las votaciones confirma los peores miedos de los ecologistas -que calificaron el resultado de la votación de «trágico»-, ya que temen que Japón utilice una mayoría creciente de naciones favorables a la caza para que la CBI deje de proteger el medio ambiente y se oriente sólo hacia la regulación de los recursos.
«Es un intento de que este organismo se dedique sólo a establecer cupos de captura y olvide los fines conservacionistas», señala Luis Suárez, responsable del Programa de Especies de WWF/Adena para quien el problema de que Japón vaya arañando votos reside en que con la mayoría consiga «socavar todas las iniciativas a favor de la protección de las ballenas que también se tienen que votar en la Comisión».
Por su parte, Greenpeace no ha cesado en su empeño de denunciar que el país asiático está empleando fondos de su programa de Cooperación Internacional al Desarrollo para comprar los votos de terceros países, de forma que éstos voten a su favor en la Comisión Ballenera Internacional. Además, señala que desde que entró en vigor la moratoria sobre la caza comercial de ballenas en 1987, este país, a través de su Agencia de Pesca, ha gastado al menos 360 millones de euros en tratar de acabar con ella.
Durante estos días no han faltado tampoco las acusaciones cruzadas entre Japón y la organización ecologista Greenpeace. Japón condena a esta organización por su papel en la colisión, el 8 de enero de 2008, entre el buque Artic Sunrise y el barco japonés Nisshin Mauro. Una queja que fue incluida en la resolución aprobada donde se señala que la CBI «no condona» las acciones en el mar que ponen en peligro la vida humana o
Ahora bien, aunque la pericia japonesa ha logrado apartar algunos peones del tablero de la Comisión, aún está muy lejos de alcanzar el jaque mate y conseguir el fin de la moratoria de la caza comercial. Para ello sería necesario conseguir el 75% de los votos, algo imposible de obtener en estos momentos. No obstante, la inclinación que están tomando las votaciones confirma los peores miedos de los ecologistas -que calificaron el resultado de la votación de «trágico»-, ya que temen que Japón utilice una mayoría creciente de naciones favorables a la caza para que la CBI deje de proteger el medio ambiente y se oriente sólo hacia la regulación de los recursos.
«Es un intento de que este organismo se dedique sólo a establecer cupos de captura y olvide los fines conservacionistas», señala Luis Suárez, responsable del Programa de Especies de WWF/Adena para quien el problema de que Japón vaya arañando votos reside en que con la mayoría consiga «socavar todas las iniciativas a favor de la protección de las ballenas que también se tienen que votar en la Comisión».
Por su parte, Greenpeace no ha cesado en su empeño de denunciar que el país asiático está empleando fondos de su programa de Cooperación Internacional al Desarrollo para comprar los votos de terceros países, de forma que éstos voten a su favor en la Comisión Ballenera Internacional. Además, señala que desde que entró en vigor la moratoria sobre la caza comercial de ballenas en 1987, este país, a través de su Agencia de Pesca, ha gastado al menos 360 millones de euros en tratar de acabar con ella.
Durante estos días no han faltado tampoco las acusaciones cruzadas entre Japón y la organización ecologista Greenpeace. Japón condena a esta organización por su papel en la colisión, el 8 de enero de 2008, entre el buque Artic Sunrise y el barco japonés Nisshin Mauro. Una queja que fue incluida en la resolución aprobada donde se señala que la CBI «no condona» las acciones en el mar que ponen en peligro la vida humana o
Lla propiedad. Tokio está considerando pedir oficialmente la salida de Greenpeace como observador de la CBI.
Japón es respaldado, sobre todo, por Islandia y Noruega que, además, utilizan los vericuetos legales para apuntarse a la «caza científica». El jefe del departamento ballenero en la Agencia de Pesca japonesa, Hideki Moronuki, se mostraba ayer satisfecho aunque reconocía que es «prematuro afirmar que la moratoria va a ser abolida». El representante japonés también hizo un llamamiento para intentar reducir la polarización y caminar hacia un proceso de «normalización» tras la victoria conseguida.
«Los invitamos a unirse al proceso de normalización. Trabajaremos juntos para volver a encaminar a la CBI hacia la caza sostenible de ballenas», señaló. Unas palabras que fueron contestadas por los países que se oponen a la esquilmación de estos cetáceos,entre ellos, Australia y Gran Bretaña, que rechazaron categóricamente la invitación, afirmando que el mundo moderno no puede aceptar una organización que autoriza el asesinato de las ballenas.
Si observamos cuidadosamente cualquier día de nuestra vida, veremos que ciertamente no sabemos vivir conscientemente. Nuestra vida parece un tren en marcha,moviéndose en los carriles fijos de los hábitos mecánicos, rígidos, de una existencia vana y superficial. Lo curioso del caso es que jamás se nos ocurre modificar los hábitos, parece que no nos cansamos de estar repitiendo siempre lo mismo. Los hábitos nos tienen petrificados, mas pensamos que somos libres; somos espantosamente feos pero nos creemos Apolos. Somos gente mecánica, motivo más que suficiente como para carecer de todo sentimiento verdadero de lo que se está haciendo en la vida.
Nos movemos diariamente dentro del viejo carril de nuestros hábitos anticuados y absurdos y así es claro que no tenemos una verdadera vida; en vez de vivir, vegetamos miserablemente, nos cerramos y no recibimos nuevas impresiones.
En nombre de la verdad hemos de afirmar solemnemente que el pobre ser humano aunque se crea muy equilibrado vive en un desequilibrio psicológico completo. Este en modo alguno es unilateral, si lo fuera sería equilibrado. Este, desgraciadamente, es multilateral y eso está demostrado hasta la saciedad. ¿Cómo podría ser equilibrado si para que exista equilibrio perfecto se necesita de la conciencia despierta?
Solo la luz de la Conciencia dirigida no desde de los ángulos sino en forma plena central sobre nosotros mismos, puede acabar con los contrastes, con las contradicciones psicológicas y establecer en nosotros el verdadero equilibrio interior. Si disolvemos todo ese conjunto de “Yoes” que está destruyendo nuestro planeta Tierra y que llevamos en nuestro interior, como son la avaricia, el egoísmo, la crueldad, etc., viene el despertar de la Conciencia y como secuencia o corolario el equilibrio verdadero de nuestra propia psiquis.
Desafortunadamente, no quieren darse cuenta las gentes de la inconsciencia en que viven; duermen profundamente. Si las gentes estuvieran despiertas, cada cual sentiría a sus prójimos en sí mismo. Si las gentes estuvieran despiertas, nuestros prójimos nos sentirían en su interior. Entonces obviamente las guerras no existirían y la Tierra entera sería en verdad un paraíso.
La luz de la Conciencia, dándonos verdadero equilibrio psicológico, viene a establecer cada cosa en su lugar, y lo que antes entraba en conflicto íntimo con nosotros,de hecho queda en su sitio adecuado. Es tal la inconsciencia de las multitudes que ni siquiera son capaces de encontrar la relación entre nuestra existencia y la naturaleza.
Incuestionablemente, nuestra existencia y la naturaleza son dos aspectos de lo mismo; si estimáramos nuestra existencia todos los problemas que aquejan a nuestra morada planetaria serían resueltos totalmente, y estos crímenes contra las criaturas de la naturaleza no se dieran jamás.
Japón es respaldado, sobre todo, por Islandia y Noruega que, además, utilizan los vericuetos legales para apuntarse a la «caza científica». El jefe del departamento ballenero en la Agencia de Pesca japonesa, Hideki Moronuki, se mostraba ayer satisfecho aunque reconocía que es «prematuro afirmar que la moratoria va a ser abolida». El representante japonés también hizo un llamamiento para intentar reducir la polarización y caminar hacia un proceso de «normalización» tras la victoria conseguida.
«Los invitamos a unirse al proceso de normalización. Trabajaremos juntos para volver a encaminar a la CBI hacia la caza sostenible de ballenas», señaló. Unas palabras que fueron contestadas por los países que se oponen a la esquilmación de estos cetáceos,entre ellos, Australia y Gran Bretaña, que rechazaron categóricamente la invitación, afirmando que el mundo moderno no puede aceptar una organización que autoriza el asesinato de las ballenas.
Si observamos cuidadosamente cualquier día de nuestra vida, veremos que ciertamente no sabemos vivir conscientemente. Nuestra vida parece un tren en marcha,moviéndose en los carriles fijos de los hábitos mecánicos, rígidos, de una existencia vana y superficial. Lo curioso del caso es que jamás se nos ocurre modificar los hábitos, parece que no nos cansamos de estar repitiendo siempre lo mismo. Los hábitos nos tienen petrificados, mas pensamos que somos libres; somos espantosamente feos pero nos creemos Apolos. Somos gente mecánica, motivo más que suficiente como para carecer de todo sentimiento verdadero de lo que se está haciendo en la vida.
Nos movemos diariamente dentro del viejo carril de nuestros hábitos anticuados y absurdos y así es claro que no tenemos una verdadera vida; en vez de vivir, vegetamos miserablemente, nos cerramos y no recibimos nuevas impresiones.
En nombre de la verdad hemos de afirmar solemnemente que el pobre ser humano aunque se crea muy equilibrado vive en un desequilibrio psicológico completo. Este en modo alguno es unilateral, si lo fuera sería equilibrado. Este, desgraciadamente, es multilateral y eso está demostrado hasta la saciedad. ¿Cómo podría ser equilibrado si para que exista equilibrio perfecto se necesita de la conciencia despierta?
Solo la luz de la Conciencia dirigida no desde de los ángulos sino en forma plena central sobre nosotros mismos, puede acabar con los contrastes, con las contradicciones psicológicas y establecer en nosotros el verdadero equilibrio interior. Si disolvemos todo ese conjunto de “Yoes” que está destruyendo nuestro planeta Tierra y que llevamos en nuestro interior, como son la avaricia, el egoísmo, la crueldad, etc., viene el despertar de la Conciencia y como secuencia o corolario el equilibrio verdadero de nuestra propia psiquis.
Desafortunadamente, no quieren darse cuenta las gentes de la inconsciencia en que viven; duermen profundamente. Si las gentes estuvieran despiertas, cada cual sentiría a sus prójimos en sí mismo. Si las gentes estuvieran despiertas, nuestros prójimos nos sentirían en su interior. Entonces obviamente las guerras no existirían y la Tierra entera sería en verdad un paraíso.
La luz de la Conciencia, dándonos verdadero equilibrio psicológico, viene a establecer cada cosa en su lugar, y lo que antes entraba en conflicto íntimo con nosotros,de hecho queda en su sitio adecuado. Es tal la inconsciencia de las multitudes que ni siquiera son capaces de encontrar la relación entre nuestra existencia y la naturaleza.
Incuestionablemente, nuestra existencia y la naturaleza son dos aspectos de lo mismo; si estimáramos nuestra existencia todos los problemas que aquejan a nuestra morada planetaria serían resueltos totalmente, y estos crímenes contra las criaturas de la naturaleza no se dieran jamás.
www.acegap.org
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