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lunes, 9 de abril de 2012

Las abejas en peligro de extinción



Las abejas están desapareciendo a pasos agigantados y no sabemos cuales pueden ser las causas. Los cultivos de muchos países están dejando de ser polinizados. Existen estudios sobre una nueva enfermedad que acaba con ellas, pero la realidad es que todavía no hay alegaciones fidedignas sobre ello y no existen investigaciones científicas que demuestren que ésta enfermedad sea la única causa de mortandad. Tras años de quejas por parte de los apicultores, fue en 2006 cuando se iniciaron estudios de investigación para determinar las causas, pero aún están sin concluir. Todo apunta a  que existen varios factores, como por ejemplo el uso de pesticidas, la pérdida proteínica que ha sufrido el polen por el cambio climático o la acumulación de sustancias tóxicas en las mismas colmenas. Los insectos polinizadores, entre ellos las abejas, mantienen vivos los cultivos y la flora silvestre ahí reside su verdadero valor, la especialización imprescindible que realizan las abejas sostiene la biodiversidad y el equilibrio ecológico del ecosistema. En los cultivos, la polinización de las abejas, constituye entre el 30 y el 50% del aumento de la cosecha doblando por ende el valor económico de los productos derivados de la misma. Siempre relacionamos las abejas con la miel, el polen, la jalea o el propóleo, sustancia usada para curar determinadas infecciones, pero nunca nos detenemos a pensar en el valor real que evidentemente tienen las colmenas de abejas. El valor real que suponen sólo en España es de unos cuatro mil millones de euros y en Estados Unidos, estudios realizados demuestran que el valor añadido de la agricultura representa unos 15 billones de dólares, todo este valor se perdería junto con las abejas en caso de su extinción, de hecho ya se están presentado económicamente las primeras pérdidas.  
En los últimos años se ha producido una alarmante pérdida de colmenas en Francia,Alemania y España, las protestas de los apicultores se sucedían una tras otra. En Estados Unidos, los agricultores y fruticultores se enfrentan ya a graves problemas de polinización. Las investigaciones realizadas hablan de Trastorno del  Colapso de las Colmenas y determinan diversas causas de mortandad como problemas nutricionales y enfermedades del aparato digestivo de la abeja, pesticidas como el imidacloprid  o el thiacloprid, virus, y acumulación de restos de pesticidas en las colmenas y cambios en el clima. Otra de las causas más destacadas y dañinas son los pesticidas introducidos en los cultivos transgénicos.  
Los investigadores van más allá y consideran que la desaparición de las abejas traería grandes hambrunas a algunas zonas del Planeta. Aunque esto es difícil de predecir en toda su dimensión, lo que sí está más que claro es que el papel que desempeñan en el desarrollo de los 
cultivos es determinante y su desaparición tendría repercusiones muy graves en la producción de los mismos puesto que el 80% de la polinización  entomófila la realizan las abejas. 
La seguridad en el suministro de alimentos y la calidad de los mismos son las buenas consecuencias de la polinización de las abejas, sin ellas el desastre está servido. Las abejas viven en grupos organizados y liderados constituyendo colonias de miles de individuos con funciones determinadas por rangos: la reina, los zánganos y las obreras. Estas últimas recolectan el polen y néctar de las flores y cultivos, lo depositan en la colmena mezclándolos con encimas,en el lugar apropiado, en las celdillas expuestas al aire para que se evapore el agua de la mezcla y se convierta en miel. La jalea real es secretada en pequeñas cantidades por las obreras para alimentar a las larvas durante tres días. Éstas se  desarrollarán y se convertirán en obreras o 
Lzánganos y ya pasarán a comer mezcla de polen y miel. Sólo la reina consumirá jalea real durante toda su vida alargándola considerablemente sobreviviendo a las obreras y zánganos. 
Aunque parezca increíble, es muy cierto y de toda verdad, que ésta tan cacareada civilización moderna es espantosamente fea, no reúne las características trascendentales del sentido estético, está desprovista de belleza interior. Es mucho lo que presumimos con esos horripilantes edificios de siempre, que parecen verdaderas ratoneras. El mundo se ha vuelto tremendamente aburridor, las mismas calles de siempre y las viviendas horripilantes por doquier. Todo esto se ha tornado cansón, en el Norte y en el Sur, en el Este y en el Oeste del Mundo. Es el mismo uniforme de siempre: horripilante, nauseabundo, estéril. 
¡Modernismo! exclaman las multitudes. Parecemos verdaderos pavos vanidosos con el traje que cargamos y con los zapatos muy brillantes, aunque por aquí, por allá y acullá circulen millones de infelices hambrientos desnutridos, miserables. 
La sencillez y belleza natural, espontánea, ingenua, desprovista de artificios y pinturas vanidosas, ha desaparecido en el sexo femenino. Ahora somos modernos, así es la vida. 
Las gentes se han vuelto espantosamente crueles: la caridad se ha resfriado, ya nadie se apiada de nadie. Las vitrinas o aparadores de los lujosos almacenes resplandecen con lujosas mercaderías que definitivamente están fuera del alcance de los  infelices. Lo único que pueden hacer los Parias de la vida es contemplar sedas y joyas, perfumes de lujosos frascos y paraguas para los aguaceros; ver sin poder tocar, suplicio semejante al del Tántalo. Las gentes de estos tiempos modernos se han tornado demasiado groseras: el perfume de la amistad y la fragancia de la sinceridad han desaparecido radicalmente. 
Gimen las muchedumbres sobrecargadas de impuestos; todo el mundo está en problemas, nos deben y debemos; nos enjuician y no  tenemos con qué pagar, las preocupaciones despedazan cerebros, nadie vive tranquilo. Los burócratas con la curva de la felicidad en sus vientres y un buen cigarro en la boca, en el que psicológicamente 
se apoyan, juegan malabares políticos con la mente sin importarles un comino el dolor de los pueblos. Nadie es feliz por estos tiempos y menos la clase media, ésta se encuentra entre la espada y la pared. Ricos y pobres, creyentes y descreídos, comerciantes y mendigos, 
zapateros y hojalateros, viven porque tienen que vivir, ahogan en vino sus torturas y hasta se convierten en drogadictos para escapar de sí mismos. 
Las gentes se tornaron maliciosas, recelosas, desconfiadas, astutas, perversas; ya nadie cree en nadie; se inventan diariamente nuevas condiciones, certificados, cortapisas de todo género, documentos, credenciales, etc., y de todas maneras nada de eso sirve ya, los astutos se burlan de todas estas tonterías: no pagan, esquivan la ley aunque les toque ir con sus huesos a la cárcel. Ningún empleo da felicidad; el sentido del verdadero amor se ha perdido y las gentes se 
casan hoy y se divorcian mañana. La unidad de los hogares se ha perdido lamentablemente, la vergüenza orgánica ya no existe, el lesbianismo y el homosexualismo se han vuelto más comunes que lavarse las manos. Saber algo sobre todo esto, tratar de conocer la causa de tanta podredumbre, inquirir, buscar, es ciertamente lo que menos le interesa a esta humanidad decadente, miserable de valores espirituales, y por ello, pues, los hechos de los humanos actuales hacen horripilante la existencia. 
Las teorías ya se volvieron cansonas y hasta se venden y revenden en el mercado. 
¿Entonces qué? Las teorías sólo sirven para ocasionarnos preocupaciones y amargarnos más la vida. Con justa razón dijo Goethe: "Toda teoría es gris y sólo es verde el árbol de doradas frutas 
que es la vida". Ya las pobres gentes se cansaron con tantas teorías, ahora se habla mucho sobre practicismo, necesitamos ser prácticos y conocer realmente las causas de nuestros sufrimientos. 
Ciertamente la humanidad no sabe vivir, se ha degenerado espantosamente y francamente se ha precipitado al abismo. 
Lo más grave de toda esta cuestión, es que los factores de tal desolación, cual es la destrucción del Planeta en que vivimos, etc., están dentro de nosotros mismos, los cargamos en nuestro interior,  en nuestra psiquis, son esos factores psicológicos que nos tornan seres humanos inconscientes, que estamos destruyendo a “mil por hora” todas las especies vivientes de este mundo... 

2 comentarios:

  1. Incluye la fuente por favor. La mitad del texto es del libro "La Gran Rebelión" de Samael Aun Weor.

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  2. Amigo lo que se está enseñando acá, son las enseñanzas de Samael aun Weor , si observas este blogger, pertenece A la asociación gnóstica acegap que divulga la enseñanzas del Avatara de acuario por todo el mundo.. paz inverencial.

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